¿Qué es la Termografía?

La termografía es una técnica con la que, a través de una imagen, podemos determinar la temperatura de cualquier objeto o ser vivo. Ésto es debido a que la radiación infrarroja que captan este tipo de cámaras es emitida y absorbida en mayor o menor medida por todas las cosas.

Si bien hay ciertos animales, como algunas serpientes de cascabel o determinados peces, que son capaces de ver la longitud de onda infrarroja, los seres humanos, por el contrario, solo son capaces de ver en el rango visible. Ésto hace que sea necesario para las personas el uso de cámaras termográficas, que captan y grafican en una escala de colores visibles, para poder ver las imágenes obtenidas en la longitud de onda del infrarrojo

La termografía está extendida por muchos sectores. Si bien su uso más conocido es en el sector industrial, debido a la facilidad de monitoreo y control de los procesos en línea, o en labores de mantenimiento donde se ha de comprobar constantemente que no hay fugas y detectarlas en cuanto aparezcan.

Sin embargo, esta técnica también se usa en muchos otros sectores. En la alimentación, por ejemplo, se usa para el control de proceso, pudiendo monitorizar completamente la superficie de la producción, y detectando así en procesos de cocción u horneado si alguna zona se está quemando, o si, por el contrario, no está alcanzando la temperatura necesaria.

En el sector sanitario, el uso de esta técnica es bastante diferente. Nuestro sistema inmunitario, aunque la mayoría de las veces no nos demos cuenta, genera calor al combatir infecciones, cuerpos extraños en nuestro organismo como tumores, o tratar de curar nuestras lesiones. Este aumento de temperatura focalizado se puede ver mediante las cámaras termográficas.

También en el sector de la construcción, la termografía adquiere un papel importante, tanto para los nuevos edificios, como para la rehabilitación de edificios ya construidos, al poderse detectar fugas térmicas en las fachadas y puentes térmicos indeseados. Estos defectos provocan además de un aumento del consumo energético, que el confort de las personas que habitan los edificios sea menor, por lo que es importante detectarlos cuanto antes.

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La termografía aporta, entre otros, los siguientes beneficios:

  • Método sin contacto: al captar imágenes, no es necesario el contacto.
  • No destructivo: al contrario que otros métodos de medida, en la termografía no es necesaria la interacción física con el material, pudiendo obtener los resultados sin dañarlo.
  • Inspección en tiempo real: se puede monitorizar constantemente, obteniendo resultados instantáneos y pudiendo corregir las deficiencias que se encuentren en la producción.
  • Gran adaptabilidad: al constar de una cámara, se puede instalar en gran cantidad de procesos productivos sin tener que modificarlos.
  • Calidad y fiabilidad: al obtener información en una longitud de onda no visible para el ojo humano, se mejora la inspección de calidad.
  • Mapeado completo: de todas las piezas y de todas las zonas visibles de estas, pudiendo observar defectos o inhomogeneidades

A continuación, os explicamos algunas de las aplicaciones de la termografía más interesantes:

  • Determinación de temperaturas elevadas: para elementos que están a una temperatura tan elevada que no es posible usar un sensor de temperatura convencional. La medición a distancia de las cámaras termográficas es ideal.
  • Detección de fugas: las fugas, y sobre todo las de aire, son invisibles al ojo humano, pero al estar el fluido a una temperatura distinta de la del conducto, son fácilmente detectables en el rango de longitud de onda infrarrojo.
  • Detección de puntos calientes: en ciertas instalaciones, como por ejemplo las eléctricas, se puede detectar con facilidad si hay alguna conexión que sufre un sobrecalentamiento y poder tomar medidas correctivas antes de que la instalación se deteriore.
  • Detección de intrusos: cuando tenemos una línea de producción, gracias a las diferencias de absorción y emisión de radiación infrarroja de cada objeto, se puede detectar si hay elementos que no deberían aparecer.
  • Deterioro de aislantes: tanto los aislantes eléctricos de los que están hechos los recubrimientos de los cables, como los aislantes térmicos de los que están hechas las paredes de calderas u hornos, cuando sufren algún desperfecto en su aislamiento, dejan salir calor al exterior, el cual se puede observar mediante esta técnica.
  • Detección de temperatura corporal: últimamente se ha aplicado extensivamente este método a la determinación de la temperatura de las personas para comprobar si tienen fiebre o no en la lucha contra el COVID 19. Su aplicación médica no queda solo ahí, ya que también se usa para detectar tumores, lesiones o infecciones en pacientes.
  • Determinación de comportamiento frente a temperatura: si queremos conocer cómo se comporta nuestra pieza o diseño con la temperatura, podemos monitorizarlo mediante una cámara termográfica y observaremos qué zonas son las primeras en calentarse, cómo se distribuye el calor en la pieza y otros muchos datos de interés difíciles de apreciar con otras técnicas.
  • Detección de sobrecalentamientos: en las aplicaciones en las que se produce fricción, siempre se genera calor. Mediante la termografía se puede monitorizar dicho calor para parar el proceso o disminuir la velocidad de los componentes para ayudar a la refrigeración.
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